Waly, un ensayo.

Waly 

Miguel Cinta una madrugada de un miércoles, 
en especifico El del 12 de junio del 2019 

Leí realismo capitalista de Mark fisher, en una parte habla sobre Wall-e, saben, el robot ese de disney que en un futuro se había quedado super solo en un pedazo de basura gigantesca y contaminada llamada tierra. Su tarea era simple, limpiar, reciclar y así hasta el infinito, en algún momento los humanos que habían abandonado el planeta podrían volver a un lugar supuestamente restaurado y eso era más o menos la promesa que existía mientras flotaban por el espacio y se convertían en un modelo perfecto del capitalismo, una estructura donde la producción había sido olvidada y todo el sistema era básicamente consumo, todos se desplazaban en sillas automáticas y mecanizadas que se movían por todas partes y robots hacían y mediaban las actividades y cumplían las necesidades. 

Nadie nunca jamás sería dueñx de los medios de producción, nadie realmente lo necesitaba, todos eran felices. Hay una especie de escalofrío en pensar a Wall-e como una posibilidad cyberpunk, lo cyberpunk tiende hacia sociedades futuristas, desarrollos tecnológicos avanzados, como en Wall-e, pero el truco con el género está en el contraste de la tecnología y su idea de modernidad con las tensiones, los paisaje y las condiciones precarias del ser humano. En Wall-e no hay calles oscuras o pensamientos nihilistas o sociedades subterráneas que viven los estragos de una condición electrónica. Lo que sí hay, y es la parte rara de pensar a “Wall-e” como una posibilidad o subgénero del Cyberpunk, por lo menos una versión con muchos colores y glitter con una historia de amor entre robots, es un factor donde muy cínicamente y de fondo existe una sociedad subyugada al consumo total y a las decisiones de las máquinas. 

El capitalismo, el del 2019, el de los países occidentales, se parece un poco a esta condición, a observar que el control y el poder se puede ejercer a través del ocio. Si en tiempos pasados el control estaba marcado por una clara división de conquistador/conquistado, ahora estos procesos de poder se ocultan en modelos de explotación que suceden en supuestos intercambios de satisfacción, con usuarios que consumen o son invitados a interactuar con modelos de extractivismo digital, las nuevas formas de cavar minas y sacar carbón es dar likes, es monetizar videos de youtube, es individualizarse para producir perfiles de publicidad, consumir es la nueva forma de producir, pero no para nosotros, nunca para nosotros. 

Sobre esto hay una pieza del colectivo Share Lab de Yugoslavia, https://labs.rs/en/ en una trilogía de textos llamados “Facebook Algorithmic Factory” https://bit.ly/2csMIMs donde a través de la construcción de mapas y estructuras visuales se busca explicar paso a paso cómo, dónde y en qué movimientos específicos sucede la recolección de datos de nuestra actividades de facebook, cómo, siendo usuarios activos contribuimos a una recolección y a un trabajo y labor inmaterial donde producimos bienes y dinero sin recibir algo cambio, donde somos atraídos a interactuar y socializar para producir materia que pueda ser vendida a compañías de publicidad. 

Desde que salió Wall-e, más o menos en el 2008 y mucho antes, Mark Fisher y otros ya habían teorizado sobre la cualidad del ocultamiento y la explotación, del giro del control hacia el autocontrol, sobre la auto vigilancia, sobre los panópticos digitales, sobre el llevarse el trabajo a casa, sobre el estado de culpabilidad por no ser productivos, sobre los estados de salud mental decadentes y la depresión en alsa posiblemente causada por modelos de producción y vida muy específica que logran hacernos pensar que el problema está en uno y no en los sistemas mismos, por que realmente a quién culpas ¿al capitalismo? Alguien dígame dónde está para dejarle una queja, tirarle una piedra, orinarle su carro, romperle su madre. Todo son redes tan complejas, tan escondidas detrás de burocracias infinitas que mejor nos dedicamos a otra cosa, a “no quejarnos” 

De alguna forma, la pregunta que me queda es pensar si prefiero un modelo de explotación y control donde conozco que y como me están subyugando, un Big Brother un 1984 de Orwell, o un estado de inconsciencia y desconocimiento total que se encuentre oculto en el ocio y la tranquilidad , una matrix, un Huxley, un Wall-e, un Cyberpunk así bien gris y cochino o uno rosa y con glitter, algo me hace pensar que el control y la explotación es tan sofisticada que nos estamos inclinando hacia un futuro, otra cosa me hace pensar que aun en alguna selva tal vez exista una resistencia y alguien con ganas de hacer bombas molotov, digo, las calles aún se siguen rayando. Igual nada de esto es algo nuevo Tal vez lo de llamarle a Wall-e Cyber-punk de subgénero rosa. 

Nota extra: También existe esta pieza de Gilberto Esparza, Planta Nómada (http://www.plantasnomadas.com/) que si lo piensan es como una especie de Wall-e sin ojos, que busca restaurar, también muy a pequeña escala, los daños de su entorno. La planta nómada absorbe agua de lugares contaminados y en su sistema híbrido de colonia de bacterias/estructuras robóticas, procesa estos contenidos para producir electricidad que nutre su supervivencia y movimiento a la vez que genera la biodegradación del agua y la producción de oxígeno. 

Ahora si, fin.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CAP 1

Ableton (soundcloud)

Bj Cap 7